En una conferencia organizada por American Community Media, especialistas en salud advirtieron sobre el riesgo que supone el retiro de subsidios al programa Medi-Cal, la versión californiana de Medicaid. El encuentro abordó cómo la experiencia de California podría servir como modelo de resistencia para el resto del país.
Tuvieron que pasar largos 60 años para que Medi-Cal, programa de salud social dirigido a personas con bajos recursos, pudiera alcanzar a grandes cantidades de personas en Estados Unidos. Hoy el panorama es sombrío e incierto: el país está atravesando por la mayor crisis de subsidio de salud social de su historia.
“No es solo un problema de salud, sino de comunidad”
“Estoy preocupado como padre y como doctor. Los costos van a empezar a subir. Habrá un efecto real con hospitales y clínicas comunitarias. Vamos a tener menos doctores, enfermeras y por tanto menos cuidado de salud. Eso tendrá un impacto directo en nuestra comunidad”, expresó el doctor Ilan Shapiro Strygler, SVP, Chief Health Correspondent and Medical Affairs Officer en AltaMed Health Services.
Shapiro destacó que las clínicas comunitarias manejan la salud para nuestra población y que toda la comunidad será afectada. Además, advirtió que la base económica también sufrirá las consecuencias: “Mientras invertimos en sistemas de salud, es una promesa para nuestros niños. Todos tenemos la misma promesa: queremos fortalecernos como comunidad y movernos; Medi-Cal es ese camino”.
También será afectada la base económica. Todo lo que está pasando en el país afecta directamente a nuestro país. Mientras invertimos en sistemas de salud, es una promesa para nuestros niños. Todos tenemos la misma promesa, queremos fortalecemos como comunidad y movernos: Medi Cail es ese camino.
Según Shapiro, se prevé que cerca de 2 millones de personas, entre ellos niños y niñas, pierdan su cobertura. Además destacó que los más afectados serán los niños con habilidades diferentes: “Muchos de los niños con los cuales trabajo son neurodivergentes y tienen enfermedades crónicas. Necesitamos recursos de Medi-Cal para asegurar su salud y que continúen mejorando”.
Para describir los futuros problemas que podría traer los recortes a MediCal, no solo a nivel de salud personal, sino a nivel social y de comunidad, el doctor expresó lo siguiente: “Imaginen el caso de un padre que tiene dos trabajos, pero si no tiene acceso al seguro de salud no va a poder mantenerlos. Eso termina perjudicando indirectamente a su familia”.
También alertó sobre el temor y la desconfianza que lleva a muchas personas a no tratar sus enfermedades crónicas, como la diabetes, priorizando la supervivencia diaria: “La gente está escogiendo un modo de sobrevivir en vez de ver sus problemas de salud”. También agregó que le preocupan los efectos a corto plazo, sobre todo, lo que pasará con la época de enfermedades crónicas. “Tengo miedo de lo que pueda suceder con la influencia”.
Medi-Cal como herramienta para combatir la pobreza
Cary Sanders, Senior Policy Director en California Pan-Ethnic Health Network, otras de las expertas en el conversatorio, destacó la importancia de Medi-Cal como programa que históricamente ha combatido la pobreza no solo en California, sino también en Estados Unidos: “Medicaid es un programa de derechos civiles y todavía lo sigue siendo. Ha sobrevivido sin importar los ataques federales. Es un programa de anti pobreza crucial para seguir avanzando en niveles de equidad racial”.
Sanders, además, subrayó que la atención médica en California es bastante costosa y que gracias a Medi-Cal, muchas familias han logrado sobrevivir a pesar de la pobreza. Sin embargo, la ley OBBB, aprobada como proyecto de ley el pasado 4 de julio, podría revertir avances logrados con la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA), que redujo la tasa de personas sin seguro al 6% en el estado.
También aclaró que es importante responsabilizar a las personas que votaron por que se apruebe este proyecto de ley perjudicial para la salud del país: “La gente tiene derecho a saber qué está pasando. Tenemos que seguir educando a las personas sobre lo que significa este proyecto de ley y quién votó por él”.
En ese contexto, los estados analizan cómo afrontar la pérdida de subsidios federales, lo que podría agravar la deuda médica. Sanders explicó que “los mercados estatales exploran opciones para compensar, al menos en parte, la posible pérdida de los subsidios del crédito fiscal para las primas que podrían no renovarse”. Sin embargo, precisó que los cambios “no se van a hacer de un día para el otro”, pero insistió en la necesidad de mantener el debate y difundir información sobre la asistencia financiera disponible.
“Parte de nuestro trabajo es lograr que las personas se enteren de la asistencia financiera. Hay muchas personas que no saben cómo acceder a servicios de salud. Es necesario seguir insistiendo con este tema”, reafirmó.
Un riesgo para hospitales rurales y atención médica
Anthony Wright, Executive Director en Families USA, fue bastante claro y calificó la Ley OBBB como “un desastre”. “Más de 17 millones de personas quedarán sin cobertura, ya sea porque se les retire o porque enfrenten obstáculos burocráticos y el incremento de los costos que, en gran medida, les impidan acceder a ella”, declaró.
Wright advirtió que los hospitales rurales serán de los más perjudicados, con el riesgo de reducir servicios o incluso cerrar. Para él, hay tres puntos clave: exigir responsabilidad a quienes aprobaron la ley, alertar a la población sobre lo que está ocurriendo y resistir nuevos recortes.
Actualmente, los costos son altos tanto en planes públicos como privados, y se prevé un incremento en gastos compartidos y en las primas de los mercados, motivado por la expiración de créditos fiscales clave y la reducción del número de asegurados. Esto dejará un grupo de riesgo más pequeño y más enfermo, lo que empujará al alza las primas.
Como consecuencia, podrían registrarse recortes que afectarían directamente a hospitales, clínicas y otros proveedores. Los gobiernos estatales, concluyó Wright, enfrentarán la difícil decisión de recortar beneficios o reducir tarifas a los prestadores de salud.